El Rvdo. Sun Myung Moon, fundador de la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial (AESUCM) e incontables organizaciones y emprendimientos alrededor del mundo, ascendió al Mundo Espiritual este lunes 3 de septiembre, a las 1:54 AM hora de Corea, a la edad de 93 años, en el Centro Médico Internacional Cheongshim, un complejo de salud del Movimiento de Unificación ubicado en la Provincia de Gapyeong, donde había ingresado el 31 de agosto derivado del Hospital Santa María de Seúl, cuando su estado de salud ya era irreversible y su vida dependía de un milagro.
Su salud empezó a deteriorarse después de regresar de EEUU el 16 de julio, afectado de una tos persistente generada por un grave resfrío. Contra todas las recomendaciones y urgido por el tiempo que nunca le fue suficiente, no redujo su agenda de actividades, empujando más allá de todo límite su cuerpo físico. Finalmente fue internado en el Hospital Santa María de Seúl el 3 de agosto, donde durante los siguientes días recibió todo tipo de atenciones y exámenes que determinaron que tenía neumonía, para ser luego ingresado a la unidad de cuidados intensivos del nosocomio.
Días previos, y como anticipando el desenlace, había recorrido cada rincón del Cheon Jeong Gung, el denominado Palacio de Paz enclavado en la ladera de una montaña cercana al lago Cheongpyeon, localizado en Gapyeong, una hora al este de Seúl. "He terminado todo", repitió al menos cuatro veces durante ese día acariciando cada cosa, como si estuviera diciéndoles adiós. Tomado de la mano de Hak Ja Han, su esposa inseparable por más de 50 años, con quien tuvo 13 hijos, manifestó su gratitud una y otra vez en el trayecto por otros lugares de donde se despedía. Ella estuvo a su lado particularmente en este tiempo crítico, junto con Hyung Jin Moon, Director del Movimiento de Unificación Internacional, y los otros hijos y líderes de distintas organizaciones del Movimiento de Unificación.
Apenas se conoció la noticia de su internación, condiciones de devoción (oración, ayunos, vigilias, etc.) fueron ofrecidos por la comunidad unificacionista para acompañar este proceso. Innumerables mensajes de aliento y afecto fueron dirigidos a dar fuerzas a este “campeón de la paz”, como es reconocido por distintos líderes, “Padre Verdadero”, para quienes su ejemplo de vida y enseñanzas transformó el curso de su existencia. El 18 de agosto Hak Ja Han expresó palabras de consuelo a la comunidad unificacionista bajo el título: "Nunca vamos a parar”. Allí animó a seguir “siendo inquebrantables” y mantener la “determinación” para seguir adelante todas las obras que el Padre Moon se esforzó en desarrollar por más de 70 años.
Pese sus 93 años de edad, mantuvo una agenda sumamente exigente los últimos meses, enfocado particularmente en los distintos preparativos para la gran celebración que tendrá lugar en Corea en febrero de 2013, conocida como “Día de la Fundación”, que es considerado el inicio de una Nueva Era para la humanidad, anunciado en las escrituras y distintas profecías. “Creo que todos ustedes han trabajado duro hasta ahora y han hecho lo mejor posible. Sin embargo, es necesario sentir ahora que el estándar de haber hecho lo mejor ya no es suficiente”, señalaba Hak Ja Han a la familia extendida de la unificación, reafirmando el camino marcado por su esposo.
Sun Myung Moon tendrá su funeral, la Ceremonia de Seung hwa (ascensión espiritual) de la tradición unificacionista, a mediados de septiembre en Corea, que se replicará con celebraciones similares en cada país y cuyos detalles se compartirán próximamente. Para la ocasión se están recibiendo mensajes de condolencias y reconocimiento a su incansable labor por la paz en todos los campos de la actividad humana, ponderada por líderes de la espiritualidad, la academia, la cultura, la política y la ciencia.
Había nacido el 6 de enero de 1920 (calendario lunar) en Jeongju-gun, Pyongan, actual Corea del Norte, durante el dominio japonés. Su misión inició a los 16 años, cuando una experiencia espiritual le permitió conocer la causa del mal y sufrimiento en el hombre y el mundo. Sus propias vivencias pueden verse reflejadas en su Autobiografía “El ciudadano global que ama la paz” lanzada en el 2009, desde la fundación de la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial (Iglesia de Unificación) en 1954 y su casamiento con Hak Ja Han (1960); pasando por la primera gira mundial (1965), distintas movilizaciones masivas, la “bendición de matrimonios” interculturales e interreligiosos, e históricos encuentros con Mijail Gorbachov (1990) y Kim Il Sung (1991); hasta las innumerables conferencias internacionales de liderazgo, el trabajo para reconciliar las religiones abrahámicas en Medio Oriente y la fundación y expansión de la Federación para la Paz Universal (UPF) en una gira mundial en el 2005.
Su legado permanecerá para la presente y futuras generaciones: su amor a Dios y a la humanidad, su esfuerzo de promover el matrimonio y la familia como un vínculo sagrado y eterno, fundamente de convivencia y paz. Su incansable inversión en el acercamiento de las distintas tradiciones espirituales y el derribamiento de todo tipo de fronteras e inversión de energías en pos de una comunidad global centralizada en principios y valores universales, trascendiendo razas, culturas y religiones. Sólo la historia permitirá apreciar la profundizada de sus enseñanzas, su aporte en todos los campos de la actividad humana y la grandeza de su obra por la causa de la fraternidad universal, centrada en el único Dios Padre-Madre de amor.
¡Paz y gloria al Padre Moon, “campeón de la paz”!
¡Infinitas gracias por su amor y ejemplo de vida!
Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial
AESUCM Argentina
Registro de Cultos N° 1184 / Personería Jurídica N° 000071
Rincón 342 – (1081) Buenos Aires – Tel: 4954-4851 / 4952-2841
“La palabra muerte es sagrada. No es sinónimo de tristeza”
“El momento en el que entramos en el Mundo Espiritual debe ser un tiempo en el que entramos en un mundo de alegría por los frutos producidos en nuestras vidas en la tierra. Es el momento en el que quienes permanecemos en la tierra debemos despedir a nuestros difuntos con alegría. Debería ser un tiempo de gran celebración. Deberíamos derramar lágrimas de alegría, en vez de lágrimas de tristeza. Esa es la manera de celebrar la sagrada y noble Ceremonia de Seunghwa (ascensión), el primer paso que el espíritu de quien partió da hacia el disfrute de una vida eterna asistiendo a Dios, en Su abrazo. En el momento de la defunción, nuestros espíritus deberían sentir un entusiasmo mayor que el que una novia recién casada siente al marchar al hogar del novio por primera vez” (Mensaje del 8 de julio de 2010, Nueva York).
"Todo ser humano rechaza el estado de infelicidad y se esfuerza por alcanzar la felicidad. Desde los pequeños asuntos individuales hasta los acontecimientos mundiales que influyen en la historia humana, todo es una expresión de vidas humanas que están constantemente luchando por llegar a ser más felices. ¿Cómo puede ser alcanzada esta felicidad?" (Introducción al Principio Divino).