EL
PRINCIPIO DIVINO
El Principio Divino
resume el corazón de las enseñanzas del
Rvdo. Dr. Sun Myung Moon, fundamentadas
teológicamente en el Antiguo
y Nuevo Testamento. Fruto, además,
del estudio de otras tradiciones milenarias, de la oración
y meditación profunda; donde se vislumbra un
minucioso camino que conjuga la verdad interior, que
la religión intenta desentrañar, y la
verdad exterior, escudriñada por la ciencia.
A continuación se presenta una síntesis.
La versión completa se puede encontrar en: www.freewebs.com/principio
Esperanza
de la humanidad
Tradicionalmente
se creyó que Dios no tenía necesidad de
nada. Él se encontraría en un estado de
deleite absoluto y nada podría aumentar su felicidad.
Con una definición así, Dios se contentaría
con amarse eternamente a Sí mismo. Él
sería totalmente insensible a la alegría
o al dolor e indiferente al bien y al mal.
El
Unificacionismo, en tanto, explica
la naturaleza de Dios de una manera diferente y novedosa.
De acuerdo con el Principio Divino,
Dios es energía eterna auto generada y la causa
primera de todo lo que existe. Esta suprema fuente de
energía se manifiesta en la forma externa del
Universo y Su corazón, como
Su carácter interno. La acción de dar
y recibir entre la forma externa y el corazón
constituye el fundamento de Su existencia eterna. Toda
la Creación, incluido el hombre, es la manifestación
de esta energía divina.
La
esencia del Dios de Corazón es el Amor mismo
y la Sabiduría. Dios siente con tanta profundidad
e intensidad como nosotros. Si Él es un Dios
de Corazón, entonces Él experimenta la
gama completa de emociones: desde la soledad y el intenso
pesar hasta el maravilloso regocijo y la alegría.
Si Él es misericordioso, también es afectado
por el dolor. Dios puede amar y expresar una justa indignación,
porque Él es un Ser de Corazón y Amor.
El amor es lo más precioso para Él, por
nosotros, como seres humanos, y para la totalidad de
la Creación.
Por
lo tanto, si Dios es absoluto, nosotros tenemos que
ser absolutos. Si Dios es incambiable, nosotros tenemos
que ser incambiables. Si Dios es único, nosotros
tenemos que ser únicos. Si Dios es eterno, nosotros
tenemos que ser eternos. Nuestra vida eterna no es tan
solo una fantasía. De otra manera, nosotros no
reflejaríamos la naturaleza del Dios eterno.
En términos originales, el hombre es Dios encarnado.
De otra manera, no estaríamos en condiciones
de reflejar la imagen total de Dios. Dios no podría
lograr Su alegría, el propósito de Su
Creación. Cuando nosotros no somos como Su imagen,
tal como expresa la Biblia al principio del Génesis,
Dios no puede lograr Su alegría, el propósito
de Su Creación.
El
cumplimiento del ideal
Después de Su Creación, Dios bendijo a
Adán y Eva: “Fructifiquen y multiplíquense,
llenen la tierra y sojúzguenla, y señoreen
sobre los peces del mar, las aves de los cielos y sobre
todos los animales que se mueven sobre la Tierra”
(Génesis 1:28).
Hay tres grandes bendiciones. Ser fructífero;
es decir, alcanzar la madurez de carácter, el
dominio de la mente sobre el cuerpo. Multiplicarse;
es decir, unirse en pareja, al atravesar con éxito
la primera etapa, y dejar descendencia. Y, finalmente,
adquirir dominio sobre todas las cosas, sobre la Creación.
Si Adán y Eva hubieran obedecido este mandato
divino y hubieran edificado el Reino de los
Cielos, no hay duda de que Dios hubiera sentido
la más enorme alegría y que Sus hijos
se hubiesen regocijado en el mundo de Su ideal.
¿Cómo pueden cumplirse estas tres grandes
bendiciones? Éstas se cumplen cuando toda la
Creación, incluyendo los seres humanos, completan
el fundamento de cuatro posiciones teniendo a Dios como
centro. Esto es, un hombre y una mujer maduros se unen
centrados en Dios y dan a luz hijos divinos. Este es
el Reino de los Cielos, donde se alcanza
el bien definitivo y Dios experimenta la máxima
alegría. Este es, en realidad, el mismo propósito
por el cual Dios creó el Universo.
El propósito de Dios para la Creación
requirió que Adán y Eva obedecieran el
mandamiento de Dios, quien es el Sujeto del Amor Verdadero,
y que se perfeccionaran como un hombre verdadero y una
mujer verdadera. Si Adán y Eva hubieran tenido
hijos de bondad y hubieran llegado a ser Padres
Verdaderos, Dios se hubiera establecido a Sí
mismo como el Padre Eterno y hubiese
alcanzado Su ideal. La ciudadanía del Reino
de los Cielos se hubiera ampliado infinitamente.
Dios dotó a los seres humanos con una responsabilidad,
por la razón que se expresa a continuación.
Al cumplir con su porción de responsabilidad,
con la cual ni Dios interfiere, los seres humanos heredan
de Dios la naturaleza creativa y participan en la gran
obra de la Creación. Dios entiende que los seres
humanos deben ganar la propiedad y hacerse merecedores
de regir sobre la Creación, como co-creadores,
de la misma manera que Dios los gobierna como su Creador.
Esta es la diferencia principal entre los seres humanos
y el resto de la Creación.
La
Caída humana
Adán
y Eva, los ancestros humanos, salieron de la órbita
de Dios. Cuando fueron expulsados del Edén, aún
no tenían hijos. Habiéndolos expulsado,
Dios carecía de base para darles Su Bendición
en matrimonio. Tras unirse sin la madurez y autorización
debida, la humanidad se multiplicó sin ninguna
relación directa con el amor original de Dios.
La humanidad sólo conoce el amor de misericordia
de Dios.
¿Podría la Caída del hombre haber
sido el resultado de comer del fruto de un árbol?
La Caída de Adán y Eva fue un pecado inmoral
contra el ideal del amor verdadero de Dios. El hecho
de que Adán y Eva necesitaran obedecer al mandamiento,
de no comer del fruto hasta alcanzar la madurez, muestra
que ellos cayeron en un estado de imperfección.
Esto es, durante su período de crecimiento. El
arcángel, simbolizado por una serpiente, tentó
a Eva para que comiera del fruto del bien y del mal,
y ella cayó espiritualmente. Posteriormente,
ella tentó a Adán, quien era también
demasiado inmaduro para comer del fruto, y ellos cayeron
físicamente.
El único pecado posible que podría haber
sido fatal en el Jardín del Edén, donde
Adán y Eva se comunicaban libre y directamente
con Dios y vivían en el gozo, era el pecado del
amor ilícito. El primer amor consumado por los
ancestros humanos se suponía que debería
haber sido el perfeccionamiento del mismo amor de Dios.
Este debería haber marcado el comienzo de una
celebración que habría continuado con
el correr de la historia, colmada con una interminable
embriaguez de alegría, y como la mayor Bendición
para Dios, Adán, Eva y el Universo. Habría
sido una ocasión gozosa en la cual el amor, la
vida y el linaje de Dios habrían sido establecidos
en la humanidad. No obstante, Adán y Eva cubrieron
sus órganos sexuales y se ocultaron entre los
árboles, temblando de miedo, tras la acción
prematura de experimentar el ‘fruto’ (sexo).
Al desobedecer las leyes celestiales, establecieron
una relación inmoral en base al amor falso, la
vida falsa y el linaje falso.
Como descendientes de Adán y Eva, todos los seres
humanos han nacido con aquella primera mancha, el llamado
Pecado Original. La Caída dio nacimiento al conflicto
entre el espíritu y el cuerpo en cada persona
y produjo que nuestras sociedades se llenaran de egoísmo
y que realicen cosas que contradicen el deseo del espíritu
originario.
Si Adán y Eva se hubieran vuelto una pareja de
amor verdadero, centrado en Dios, Él habría
morado en Adán como Su cuerpo sustancial y habría
de este modo, amado a Eva. Lo que es más, Adán
y Eva podrían haberse convertido en los Padres
Verdaderos que contuvieran sustancialmente
a Dios y dieran origen al amor, la vida y un linaje
de bondad.
Debido a la Caída, sin embargo, Adán y
Eva pasaron a integrar el cuerpo sustancial de Satanás
y terminaron por convertirse en la pareja original del
mal, padres y ancestros de maldad. Su unión se
convirtió en la raíz de un amor, una vida
y un linaje de sangre de maldad, que contamina a toda
la descendencia. Porque los seres humanos se originaron
de esta raíz, descendieron del adúltero
Satanás, quien es el enemigo de Dios y heredaron
este linaje de padres falsos (Juan
8:44, Juan 12:31 y 2 Corintios
4:4).
Restauración
y necesidad del Mesías
Dios
es un Ser Absoluto y Su ideal de la Creación
también es absoluto. Él ha cumplido con
la Providencia de Salvación sumido en un corazón
lleno tristeza. La Providencia de Dios de la Salvación
es la Providencia de la Restauración, que significa
recobrar el propósito perdido de la Creación,
centrado en el Amor Verdadero.
Basado en este aspecto, la raíz de la Providencia
de la Salvación es la re-creación de la
semilla de Su hijo original, el ser humano que cumpla
con el ideal de la Creación. La Creación
que Dios aborrece, la vida y el linaje de sangre que
comenzó con el amor falso del adúltero
Satanás, debe ser limpiada. La esencia de la
Providencia es la tarea de preparar el nacimiento del
Padre Verdadero, el Salvador,
unido con el Amor Verdadero, Vida y Linaje de Dios;
que permite cortar con el pasado de pecado.
Dado que los ancestros de la humanidad fallaron en el
cumplimiento de su responsabilidad, heredaron el linaje
inmoral de Satanás y cayeron bajo su dominio,
el propio Dios no podía intervenir directamente
para devolver a los seres humanos a su posición
original. Lo que es más, Dios no puede, ni acepta
incondicionalmente a la humanidad, que eligió
la posición del arcángel. De modo que
Dios utiliza la estrategia de colocar un personaje central
del lado del buen arcángel, por haber sido atacado
primero, y ese personaje establece la condición
de indemnización para recobrar lo que se había
perdido. Satanás ataca primero pero como resultado
debe ubicarse en su posición. La primera, la
segunda y tercera (Guerra Fría) Guerras Mundiales
fueron buenos ejemplos de esto. El lado que atacó
primero, perdió.
La Providencia de la Salvación fue prolongada
una y otra vez en la historia hasta que, en base a los
Principios de la Restauración, el fundamento
necesario se estableció y un nuevo Adán
sin pecado pudo nacer en Israel. Dios debía encontrar
un hijo con la nueva semilla, libre de la acusación
y mancha satánica. Esta es la base para la idea
del Mesías venidero. El Mesías tiene sus
raíces en Dios y viene como el Segundo Adán
que borra todo lo que fue comprometido por el Primer
Adán. Es por esta razón que Dios no puede
enviar a un súper Mesías que obrara sólo
mediante milagros.
En Jesús estaba la semilla del
linaje de Dios, pero en aquel tiempo la ignorancia espiritual
hizo que su vida terminara trágicamente (1 Corintios
2:7-8). Sin embargo, lo que en ese entonces parecía
una derrota, por su fe, obediencia y amor absolutos
en su entrega, se convierte en una victoria en la Resurrección,
que permite la salvación espiritual de quienes
crean en él.
Por causa de que el Primer Adán no estableció
las tres bendiciones en la Tierra y Jesús, el
Segundo Adán, solo pudo desarrollar tres años
de ministerio público, el Mesías en su
Segunda Venida deberá ir por un camino que lo
habilite a la realización de este ideal de las
tres Bendiciones como el modelo para la humanidad. Por
esta razón, el gran acontecimiento que revela
el libro del Apocalipsis como la gran
celebración a la que todos seremos invitados,
son las gloriosas Bodas del Cordero,
como el punto de cruce en el que termina la historia
de maldad y comienza el Reino de la bondad. De modo
que, la historia comenzó con un matrimonio frustrado
que concibió frutos de maldad, continuó
con Jesús como el Segundo Adán,
quien intentó hasta último momento transmitir
el linaje de Dios y establecer el Reino de Dios
a partir de su propia boda, según explica Mateo
22:1-14, y concluye con la profecía de una Boda
gloriosa que al fin producirá los buenos frutos
(Apocalipsis 19:7-9).
CONFERENCIAS
DEL PRINCIPIO DIVINO
INTRODUCCION
INTRODUCCION
(33'
28")
LOS
PRINCIPIOS DE LA CREACION LA
LEY CAUSA Y EFECTO (21'39")
LA
ACCION DE DAR Y RECIBIR (29'20")
LAS
TRES BENDICIONES (22'14")
EL
CARACTER INTERNO Y LA FORMA EXTERNA (22'24")
LA
CAIDA DEL HOMBRE INTRODUCCION
(10'35")
EL
PROCESO Y LA MOTIVACION (30'33")
LA
IDENTIDAD DE LA SERPIENTE (27'49")
LAS
CARACTERISTICAS DE LA NATURALEZA CAIDA (16'11")
LOS
CUATROS TIPOS DE PECADO (7'50")
LA
MISION DEL MESIAS PARTE
I (15'30")
PARTE
II (24'42")
PARTE
III (31'22")
LA
HISTORIA DE LA RESTAURACION PARTE
I (10'20")
PARTE
II (17'27")
PARTE
III (1h'22'29")
LOS
PARALELOS HISTORICOS LOS
PARALELOS HISTORICOS (50'09")
LA
SEGUNDA LLEGADA DEL MESIAS ¿COMO?
¿CUANDO? ¿DONDE? (47'44")
PRINCIPIO
DIVINO en Power Point para Conferencias de 3 horas
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