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VALOR Y SIGNIFICADO DE LA BENDICIÓN

 
 
Introducción
Bendición es decir y desear el bien, fortalecer y transmitir el bien que Dios nos ha dado. En el comienzo, Dios bendijo al ser humano para que una vez maduro, estableciera familias y heredara el dominio del Universo (Génesis 1:28). Tomando en cuenta el relato bíblico, se puede ver que nuestros primeros antepasados se involucraron en una relación matrimonial sin haber recibido la bendición de Dios, multiplicando hijos que ya nacieron con pecado, que nos separó de Dios (Génesis 3).
La humanidad en aquella instancia abandonó a Dios en pareja, de modo que es coherente que el camino de retorno a Él sea del mismo modo; es decir, en pareja, a fin de revertir los efectos trágicos de la Caída y recibir así la gracia de Su Bendición (Juan 4:7-26).

El gran ideal de Dios jamás pudo ser comprendido y, por lo tanto, tampoco pudo ser realizado. No hubo hijos ideales, esposos ideales, ni padres ideales. Por lo cual, el Reino de los Cielos, centrado en el amor original, ha permanecido como un ideal inalcanzado. Al tiempo que la tristeza del ser humano está ligada a esa separación remota con el Padre, jamás resuelta completamente, por la cual ha ignorado su origen, su identidad y el propósito de su existencia hasta el presente. 

 
 
La Restauración
En virtud de la naturaleza amorosa de Dios y de su carácter absoluto eterno e incambiable, Su ideal de realizar las tres grandes bendiciones, permanece como la meta de Su Providencia en la historia de la humanidad. Podemos apreciar la determinación absoluta de Dios en realizar Su plan original en Isaías 46:11.
De manera que Él ha venido tratando una y otra vez, invitando al hombre a reestablecer esa unidad perdida, para que las posiciones de hijos, esposos y padres sea reestablecida con el amor original en su centro. Dios tiene un plan para traer al mundo Su Reino.

La Ceremonia de la Bendición inicia a cada pareja en el camino para llegar a ser padres verdaderos y para establecer familias verdaderas. La mejor forma de hacer frente a la desintegración familiar está en restaurar la santidad del matrimonio. Este es entonces un movimiento para inspirar y movilizar un cambio de actitudes en la sociedad y promover una cultura de revalorización de la familia. 

 
 
Pasos previos a la Bendición
Antes de la Ceremonia de Bendición, cada pareja participa de una preparación en la que comparte una pequeña copa de vino consagrado que simboliza la renovación de su amor como pareja y su compromiso de convertirse en esposos y padres verdaderos para sus hijos. Símbolo de la vida y el amor, tomar el vino supone un cambio y un nuevo comienzo. Implica, en otros términos, cortar con el pasado de pensamientos y acciones equivocadas que han acarreado la desintegración de la familia y la sociedad y, lo que es peor, nos han mantenido separados de Dios. Representa asimismo un compromiso de establecer una nueva y mejor tradición, basada en valores eternos, y dejar una herencia de bondad a las futuras generaciones. En este sentido, representa la restauración y recuperación de ese reino interior de felicidad en el amor permanente que el Creador planeó para cada pareja y familia desde la Creación del mundo y que Como segunda parte de la ceremonia preparatoria, la pareja recita los votos matrimoniales. Toda pareja que esté de acuerdo con las siguientes cuatro promesas puede participar y recibir la Bendición:

1. Con un amor verdadero, dedicamos nuestro matrimonio a Dios.
2. Seremos fieles el uno con el otro para siempre (no al adulterio).
3. Enseñaremos la abstinencia y la pureza sexual a nuestros hijos como preparación para el matrimonio (no a las relaciones prematrimoniales).
4. Afirmamos que nuestra participación en esta ceremonia contribuye a promover el ideal de la familia y la paz en la sociedad y el mundo.

Aunque es una ceremonia sencilla, es una hermosa experiencia llena de significado para aquellas parejas que la viven en profundidad.  

 
 
Antecedentes de la Bendición
Entre las afirmaciones más importantes del Rvdo. Moon está la de identificar el mal uso del amor como la causa original de todos los problemas humanos, desde el comienzo mismo de la historia. Por esta razón, insiste mucho en el ideal del amor verdadero y en la responsabilidad que tiene cada pareja de restaurar ese amor perdido por la Caída de la primera pareja humana. Su esperanza es que todas las parejas unidas en verdadero amor lleguen a establecer la base para la paz individual, social y mundial.
Gandhi, Martín Luther King y la Madre Teresa de Calcuta han inspirado a millones de personas a participar activamente en las nobles causas que ellos promovieron. Esta dedicación se dio y se da sin que la gente necesariamente profese los credos religiosos particulares de tales figuras universalmente reconocidas. Del mismo modo, el Rvdo. Moon y su Señora Hak Ja Han, con la unción de Jesús y el Espíritu Santo, impulsan hoy un movimiento de fidelidad matrimonial y del establecimiento de familias sólidas.
El esfuerzo del Rvdo. Moon y su esposa, de trabajar a favor de estos ideales y establecer lo que se conoce como "parejas bendecidas", otorgó en 1960 la Bendición a tres parejas y 33 en 1961. A lo largo de los años el número de parejas creció. Se llevaron a cabo ceremonias de bendición para 72 parejas en 1962, 124 en 1963 y 430 en 1968. Todas estas celebraciones fueron realizadas en Corea con la participación casi exclusiva de personas de esta nacionalidad. En 1970 se celebró una ceremonia para 777 parejas de varios países y en 1975 participaron mil 800 parejas.
En 1982 hubo dos bendiciones, una de 2075 y otra de seis mil parejas. En 1988 se realizó una ceremonia para seis mil 500 parejas y en 1989 otra para 1275 parejas y otra de 72. Hasta ese momento sólo participaban en estas ceremonias los miembros de la Iglesia de Unificación, pero a partir de 1992 se incluyó a toda pareja que estuviese de acuerdo con los ideales de la fidelidad, la pureza y el amor eterno; sin importar si era o no miembro de la Iglesia de Unificación. En ese año participaron 30 mil parejas en una ceremonia en Seúl y desde ese cambio el número de participantes se multiplicó de forma sorprendente. También desde ese año comenzaron a transmitirse estas ceremonias vía satélite a todo el mundo.
En 1995 eran 360 mil parejas de 160 naciones las que se unieron a éste esfuerzo concreto por la paz. Porque de hecho, varios emparejamientos se componen de cónyuges de distinto país, raza, cultura y religión. El 29 de noviembre de 1997, fueron 39 millones 600 mil parejas de más de 185 países las que participaron. Y desde entonces ese número se ha estado expandiendo, hasta que esta Bendición alcance a todas las parejas y familias del mundo.
Hoy, como ya se ha manifestado, la Ceremonia de Bendición está abierta a todos, más allá de las creencias religiosas personales, diferencias culturales, raciales y nacionalidad de los participantes. Para las parejas ya formadas representa una promesa para la renovación del compromiso de fidelidad y amor eterno ante Dios. 
 
 
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